PLANTAS ESPERMAFITAS Y NO ESPERMAFITAS

Las plantas que producen flores nacen a partir de semillas. Una semilla que brota deberá absorber agua antes de empezar a crecer. También requiere que la tierra esté adherida a su alrededor y recibir calor. Dentro de la semilla se encuentra un minúsculo embrión, rodeado de alimento que le será necesario los primeros días de su desarrollo.

Al comenzar a brotar el embrión, las raíces crecen hacia abajo y el tallo crece hacia arriba. Una vez que el tallo se eleve por encima de la superficie de la tierra y reciba suficiente luz solar, se formaran las primeras hojas reales y la planta comenzará a producir su propio alimento. Cuando las plantas tienen agua, luz y los minerales o nutrientes básicos necesarios, crecen, producen su propio alimento, y producen oxígeno.

Algunas plantas generan rizomas subterráneos de los que periódicamente brotan plantas nuevas.

Las plantas que no producen flores, como los helechos, nacen a partir de esporas. Como una semilla, una espora se desarrolla para convertirse en embrión. A diferencia de la semilla, la espora no contiene alimento para que pueda crecer el embrión. La planta que se desarrolla deberá obtener su alimento de un huésped.

Las esporas se encuentran generalmente en la superficie inferior de las hojas y tienen el aspecto de esferas minúsculas de terciopelo. Las esporas se caen fácilmente de la hoja cuando están maduras. Puedes necesitar un largo periodo de tiempo para germinar y convertirse en una planta.

La espora es un diminuto cuerpo unicelular en reposo que puede producir un nuevo individuo vegetativo en condiciones favorables.

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Guillermo Fdez. Weigand 22:00 29 sep 2010 (CET)